Año 4

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El Efecto 2000 hace mella en muchos ordenadores y aplicaciones. No se pararon las tostadoras ni explotaron televisores, pero sí que muchos equipos dejaron de funcionar por una sandez: almacenar las fechas en 6 dígitos en lugar de 8. Eso provocó que al pasar del 31-12-99 al 01-01- de 2000…. en términos informáticos pasamos al 01-01-00 …. lo cual no fue nada bueno.

… para los informáticos lo fue. Igual que lo fue el cambio de impuestos del IGTE al IVA y muchos otros hitos en la historia. Son hitos por cuanto comportan. Cambios drásticos que las empresas tuvieron y tendrán que asumir por imperativo legal, o como el caso del susodicho efecto 2000, «por narices». La cantidad de horas de trabajo que eso supone para programadores, analistas, técnicos, etc. es espectacular. Como ocurre con las guerras, estos eventos provocaron cambios y evolución en las tecnologías existentes. Desde la mejora de los equipos, hasta nuevos lenguajes y sistemas operativos capaces de lidiar con esos problemas. Los que más aprovechamos tales sacudidas eramos nosotros, esos tipos raritos metidos en una pantalla todo el día. Pues si.

Tras esa oleada de cambios la WWW empieza a verse con buenos ojos por parte de los empresarios, y se siente la necesidad de tener «presencia» en Internet. No hay redes sociales, no hay apenas nada. Google? Apenas es un crío compitiendo con AltaVista, Infoseek y Yahoo!

Lenguajes de programación: PHP, Javascript, ASP, VBScript

Nos piden algo fuera de lo común (dentro de lo que conocemos entonces). Una «intranet» para una gran corporación. No tengo ni la más remota idea de lo que es. Me dan carta blanca para averiguarlo, formarme, lo que sea necesario. Busco en Internet (recordando la precariedad de contenidos en esos momentos), Amazon ya existe y encuentro algunos libros sobre el tema. Doy gracias a Dios por haber dedicado horas a aprender inglés. Los libros son sesudos, casi académicos y con todo consigo hacerme una idea de lo que es y para qué sirve una intranet.

Y me pongo a desarrollar una completamente de cero. Así, como quien tose.

Entre la época BBSera y el tiempo en curso, el hardware pierde su halo de misterio. Desde el mastodóntico EINA, con el que hice mis pinitos, dirigido por un técnico, trastear dentro del ordenador deja de ser un ritual sagrado. ¿Qué puede ir mal? Pues que se queme una placa o reviente un disco duro. Cuando ya has pasado por eso te dices a tí mismo que eso enseña, por la vía dura (económica principalmente), pero enseña. Montar tus propios equipos (clones chinos del IBM PC original) da posibilidades a quienes queremos tener nuestro propio equipo y tenerlo al día. Es una década entre décadas, digamos, de puro aprendizaje. Y cuanto más trasteas, más aprendes y más jugo le sacas a las máquinas infernales. Se les pierde el respeto hasta llegar casi al maltrato. Las domesticamos, por así decirlo, dejando a un lado la amenaza de Skynet.

El pirateo evoluciona. Ni cassettes ni diskettes. El CD-ROM y el DVD son la moneda de cambio para conseguir programas y juegos a miles. Literalmente a miles. El medio se postula como el garante de la protección de su contenido durante decenas de años. Nos mintieron. Los soportes eran caros (los CD vírgenes, etc.) y pasados apenas 4 o 5 años perdían la información. Las capas de protección se levantaban, literalmente, y eran inservibles. ¿Cuál iba a ser el siguiente paso para poder almacenar miles y miles de programas? Aparece el pendrive. Al mismo tiempo el precio por Mb en disco duro se va desplomando. Casi es más barato duplicar un disco duro que guardarlo en discos ópticos poco fiables. Aprendemos que la redundancia de datos, por poco fiable que sea, aumenta la posibilidad de no perder nada. Del pendrive pasamos a los discos externos por USB. El concepto «nube» todavía está en sus inicios, por no decir que no se le espera.

En 2007 mi vida profesional y técnica da un giro inesperado. Entre de lleno en…

¡EL MUNDO DEL PORNO!

Tras trabajar en revistas, aplicaciones, intranets, páginas Web y no se cuántas cosas más, «caigo» en el mundo de porno de forma casual. Dejando a un lado el contenido, el entretenimiento para adultos en la red está creciendo de forma galácticoexponencial. Se necesitan técnicos que operen en la sombra para poder ofrecer todos esos servicios online de forma segura, rápida y fácil para el consumidor.

Una etapa de más de 10 años en la que hay que estar muy al día en tecnología. Los lenguajes de programación se suceden uno tras otro, las herramientas de seguridad, los medios de pago, el control estadístico, los paneles de control y administración, la gestión integral de todo el sistema… Es de vértigo y asimismo divertido e interesante (insisto, sin ver el contenido por ninguna parte, excepto en los monitores de los diseñadores gráficos…). Una etapa excitante (que si, técnicamente hablando, home!) para descubrir que la programación tiene muchas vertientes desconocidas hasta el momento.

Trabajar con un medio como Internet, utilizando el navegador como plataforma de desarrollo cambia todos los parámetros conocidos para un programador de gestión, de aplicaciones «de escritorio». Antes de la Web las aplicaciones eran eso, aplicaciones, mejor dicho, programas, y no había más. Se habla de las WebApps y de usar la nube como medio de almacenamiento. Amazon crece, y crece tanto que empieza a ofrecer servicios que conformarán todo un ecosistema en muy pocos años. Algo más que una tienda, una filosofía de desarrollo harto compleja.

Lenguajes de programación: PHP, Javascript, Node, jQuery, Python
Bases de datos: MySQL, MongoDB, NoSQL
Sistema operativo: Windows, Mac OS, Linux

Si miro los efectos positivos de esta etapa hay uno que lo tengo claro. El paso de Windows a Mac. Se acabaron las eternas sesiones de reinstalación (cuando trabajaba para la revista hubo un tiempo en que instalar Windows era casi una tarea DIARIA…). Adaptarse a Mac no fue tan difícil, más aún, fue gratificante ver la estabilidad del sistema y lo bien que iba todo. Y usar las aplicaciones gráficas, aunque esa era la excusa clásica para pasarse a Mac, era (y es) una gozada. Mi aprendizaje autodidacta de Photoshop en PC fue un poco cansino. Gracias a la participación en la primera revista española impresa sobre el particular aprendí mucho y rápido. Y también me fijé en que Mac quizás era la solución a mis problemas con Windows. Por contra perdía la capacidad, a priori, de usar el PC para jugar. Mis muñecas con sendos síndromes de túnel carpiano se complacieron por que dejara de jugar…así que defenestré todo PC en casa para convertirme en un switcher. Y nunca me he arrepentido de ello.

Un buen día me canso del porno. No del mismo, si no de las condiciones laborales. Decido hacer un cambio. Demasiados años en el mismo sitio, como más tarde comprobaría, te dejan un tanto «oxidado». A pesar de la formación contínua interna, ahí afuera se estaban haciendo muchas más cosas. La tecnología cambia cada día a un ritmo que es casi imposible estar al día. Un obstáculo importante era el idioma. Todas las ofertas pedían multitud de requisitos, y uno en particular podía ser un problema: el inglés.

Yo había estudiado en su momento, pero no demasiado. Me defendía perfectamente con los libros técnicos, los blogs, las redes sociales, los foros y demás. Leer y escribir no era problema. Hablar, eso era otra historia. Unos pocos viajes por Europa no habían sido suficientes para tener la soltura necesaria para enfrentar una entrevista de trabajo en inglés. Era mi némesis. Rechacé la posibilidad de algunas ofertas interesantes por ese motivo hasta que me encontré con una que no podía dejar pasar. Así pues me preparé a conciencia con un par de libros especializados en entrevistas de trabajo en inglés. Y… salió bien!

El nuevo puesto de trabajo se encontraba en una escuela internacional de idiomas. El ambiente era increíble. Allí se hablaba todo el día en inglés, francés, italiano, alemán, portugués, chino, español y catalán. Cada una de las personas que encontré allí hablaba un mínimo de tres idiomas a la perfección. Aparte del trabajo, la experiencia lingüística fue muy gratificante. Duro poco, por circunstancias que no son relevantes, pero… me dió pie a probar de nuevo con otra empresa de índole internacional. ¡Y también funcionó! Desde ese momento el idioma ya no sería más problema.

A nivel tecnológico la evolución no fue muy grande, pero ví que hay más mundo que el que se encuentra en las cuatro paredes de una empresa durante 10 largos años. Tras un periodo de pausa por motivos personales, finalmente recabé en una empresa local, nada que ver con informática pura y dura, y ahora dispongo que mucho más tiempo personal, sin tener que hacer largos desplazamientos diarios.

Ese tiempo es el que ha permitido que servidor optara por aprender un lenguaje nuevo, Python, y se metiera hasta la trastienda de Telegram. Los que me seguís o conocéis ya sabéis algunas de las cosas que puedo hacer con él. Por otra parte, Telegram ha dado la vuelta a mi vida como un calcetín, pero eso, como decía el de la película… «es otra historia».

Python, un lenguaje con solera que se postula como el lenguaje del futuro. Al menos del inmediato.

Categorías: Profesional

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